Los especialistas aseguran que las personas con mayor predisposición a padecer la enfermedad son:
- Las de piel y ojos claros.
- Quienes se exponen en forma prolongada al sol.
- Los que durante la infancia han tenido episodios de quemaduras solares.
- Quienes tienen historia personal o un familiar directo con cáncer de piel.
- Las personas con muchos lunares.
Cómo tener la piel perfecta en verano, y todo el año
1. Piel limpia e hidratada.. La limpieza diaria debe realizarse con productos suaves que no alteren el manto ácido de la piel, pero ayuden a eliminar la grasa y suciedad. Se deben utilizar materiales que no raspen ni froten fuertemente nuestra piel. Secarse los pliegues correctamente para evitar la aparición de micosis superficiales, la humedad externa no es buena. Las cremas y aceites hidratantes permiten recuperar la humedad natural perdida y son particularmente útiles si el calor reseca la piel. Lo importante es que contenga propiedades hidratantes y emolientes, lo que permite recuperar el agua.
2. Alimentación e importancia del sueño Debe moderarse el consumo de carnes y priorizarse el consumo de frutas y verduras, alimentos ricos en vitaminas antioxidantes. Para obtener un bronceado homogéneo y duradero y al mismo tiempo ayudar a la piel a defenderse de la producción de radicales libres, que es acelerada por la exposición a los rayos ultravioleta, es importante enriquecer los alimentos unas semanas antes con sustancias que contengan alfa y beta carotenos y vitamina E. Esta última es una de las más importantes para el cuidado de la piel, ya que previene la degeneración celular, ayuda en el proceso regenerativo en caso de cicatrices y acné y contribuye al aumento del flujo sanguíneo de la piel. Encontraremos beta carotenos en alimentos clásicos como la zanahoria, pero también en tomates, albaricoques, verduras y hortalizas de hoja verde, entre otros. Los alfa carotenos se encuentran en vegetales como el kiwi o el brócoli. Los alfa y beta carotenos facilitan la producción de melanina y con ello la defensa de la piel frente a la agresión solar, además de funcionar como antioxidantes. Y, por supuesto, también es recomendable beber mucha agua. Duerme bien, las células se producen y recuperan su fuerza cuando se duerme, ayudando a mantener una piel en buen estado.
3. Protección solar y la exposición al sol.. Se recomienda cada vez un mayor factor de protección solar para defender nuestra piel de los rayos ultravioleta. Este debe ser elegido de acuerdo con el tipo de piel. En general, se recomienda usar como mínimo uno con 15 de FPS. Además, deben aplicarse 30 a 45 minutos antes de iniciarse la exposición al sol, ya que son eliminados por el sudor y el agua. Conviene reducir al mínimo la exposición al sol en las horas centrales del día.
Por Paula Alonso