UN BUEN CUIDADO PARA NUESTROS PIES

El verano y otras causas de sequedad y talones agrietados

Y claro, al terminar el verano y hablando de nuestros pies, nos damos cuenta de que igual, no los hemos cuidado todo lo necesario durante estos meses de calor. Al tenerlos mucho más expuestos y no dedicarles demasiada atención, pueden llegar al otoño bastante deteriorados. Y es que las sandalias o zapatos abiertos permiten que la grasa localizada bajo el talón, se expanda hacia los lados y favorezca la aparición de desagradables grietas en los talones, manchas rojas o escamosas, o piel rasgada y pelada, generando incluso picazón o sangrados.

No obstante, el verano no es el único “enemigo” para nuestros pies. Si pasamos demasiado tiempo de pie, o por el contrario, demasiado tiempo parados, en el trabajo, o en casa, si padecemos enfermedades como el “pie de atleta”, soriasis o tiroides, el propio avance de la edad, un clima adverso o deficiencia de vitaminas, minerales y cinc en nuestro organismo, tendremos más opciones de causar cierto deterioro en nuestros pies.

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Trucos para cuidar nuestros pies

El cuidado de los pies es un hábito que, bien suele generar bastante pereza, o bien desconocemos a la hora de llevarlo a cabo. Por ello, y para prevenir cualquier deterioro, a la vez que podamos lucir unos pies cuidados y saludables, os vamos a dejar unos truquitos que, si intentamos convertir en hábitos, conseguirán que vuestros pies tengan una imagen mucho más bonita y, en su defecto, aguanten mejor vuestro calzado. Son muchas las indicaciones que pueden sugerirse en este terreno (nunca mejor dicho), pero aquí os dejamos una recopilación de lo que (creemos) puede resultar más efectivo:

  • Lavar los pies a diario en agua tibia con jabón. Se puede añadir algún producto calmante o incluso algún alimento como la miel, que puede contribuir a curar la piel seca o incluso sangrante de los pies.
  • El uso de la piedra pómez hay que controlarlo bastante. Frotar nuestros pies con esta piedra es muy eficaz para hacer desaparecer la piel muerta y seca de los talones, plantas y dedos, siempre y cuando la piel esté algo seca. Si ya tenemos grietas, es mejor omitir este paso, ya que el estado de nuestros pies podría llegar a empeorar.
  • Tan importante es lavar y acondicionar bien nuestros pies, como secarlos una vez hayamos terminado de lavarlos. Si no los secamos en condiciones, podemos atraer bacterias e incluso causar alguna infección.
  • El uso de cremas especiales para pies o incluso remedios caseros, es fundamental después de su limpieza y secado. Las lociones que mejor resultado ofrecen son las menos grasas, de tipo hipoalergénicas, sin olor ni alcohol, para poder aportar una mayor nutrición. Como remedios caseros, se puede mezclar loción para bebé con hierbabuena, por ejemplo, o bien probar aceite de almendra o leche de coco.
  • Si después de seguir los anteriores pasos, os ponéis calcetines de algodón durante un rato largo, conseguiréis que vuestros pies consigan aún una mayor hidratación.

Existen otras sugerencias, como el sumergir nuestros pies en zumo de limón durante unos diez minutos diarios, e incluso dietas aconsejadas para el cuidado de nuestros pies, que incluyan alimentos ricos en vitaminas y en minerales. Asimismo, el mantener nuestros pies limpios de tierra, ejercitarlos regularmente, alternar el agua caliente y la fría al lavarlos, su exfoliación o el evitar caminar descalzo lo máximo posible, contribuirán a su cuidado y a la aparición de sequedad y grietas desagradables.

Como su cuidado no implica una dedicación extrema y es bastante fácil para nosotros, os animamos a probar estos consejitos y a caminar por la vida con unos pies sanos, capaces de lucir unos buenos y bonitos zapatos.

Sara Chinarro para Paula Alonso

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