Leyendo el correo y filtrando la desmesurada cantidad de newsletters que nos avasallan cada día (por no hablar de los lunes), ha llamado mi atención un mail «popurrí» de ICON, la revista de El PAIS, con el reportaje «El blanco, el nuevo negro». No sé si ha sido por la asociación de ideas del título de dicha reseña con la seria «Orange is the new black» que no he podido ver pero tiene un montón de premios y fieles seguidores, o por mi debilidad con las camisas blancas y las negras
En cualquier caso me saltó la bombillita de la inspiración así que vamos a hablar de camisas blancas y cómo combinarlas. Me flipó la abotonadura de la camisa de la izquierda de la foto siguiente. Aunque no hace falta ni que la botonadura sea en contraste, ni que un diseñador de renombre reclame la autoría.
Ni que tenga algún tipo de floritura… La camisa blanca por sí sola es protagonista y actor de reparto. Pero no fue siempre así. La camisa blanca era considerada una prenda interior hasta que en los ’20 la diseñadora Coco Chanel la convirtió en parte del mundo de la moda popularizándola a nivel mundial.
Entre de los cuellos de arriba y el de abajo hay un mundo. El de arriba de la izquierda no me gusta nada, si llevas corbata queda mejor que con pajarita pero en ningún caso puedes llevarlo abierto. Tanto el de la derecha como el de abajo pueden ir con o sin anudar.
En relación a la corbata, dice la guía actual (2015-2016) que el grosor de la misma debe de ser igual al de la solapa de la americana. Por lo que el look de la foto anterior es perfecto, a mi parecer lleva demasiados adornos: dibujo del traje, estampado de la corbata, tirantes, reloj y gemelos. Aunque no sé bien qué le quitaría para que la combinación estuviera equilibrada.
Ellas parece que lo tienen fácil, diréis vosotros, con ponerse un taconazo y unos pendientes llamativos ya está, look casual a la par que elegante
Mejor que no os escuchen…
Angelina es Angelina y lo que se ponga le va a quedar estupendo.
En 1981 Carolina Herrera lanzó su primera colección de camisas blancas. Desde entonces, Herrera ha creado ocho versiones de la blusa blanca, diferentes estilos y diseños: con enormes lazos, mangas con volantes, más sequinhas como peplum y así sucesivamente … Ella trajo los modelos clásicos y modernos, adaptados a las nuevas tendencias.
En realidad, quien lo tiene sencillo son ellos. Y ahora vosotros os llevaréis las manos a la cabeza en gesto de exclamación. No os quejéis, ni tacones que destrozan los pies ni pendientes que dislocan cuellos (afirmación un poco exagerada, como ellos cuando tienen fiebre). Con elegir unos gemelos acordes con el evento o con lo que quieras resaltar ya está arreglado.
Por Paula Alonso
Buena Paula, nos encanta tu blog. Nunca escribo nada pero hoy viendo que todos estos looks estan sin ninguna joya y yo dedicandome a ello no pude aguantar sin escribirte para decirte que si tuvieran un colgante de plata estaría mucho mas completo el look.
Hola Maria Antonia, me alegra que te hayas animado a escribirme. Estoy contigo, un buen colgante siempre hace más completo y estiloso un look :). Un cordial saludo, Paula