Lo más fácil sería llevar el bolso a un zapatero, pero muchas veces no tenemos ni tiempo para ello.
Algunos trucos para reparar cremalleras que no necesiten ser cambiadas son los siguientes:
- si el problema es que no sube ni baja prueba a «pintar» con un lapicero la parte por la que no corre la cremallera, el grafito es un lubricante estupendo. Si no funciona con el lápiz, utiliza detergente en polvo (no directamente). Diluye un poco en un bowl con agua caliente y con un bastoncillo para los oídos extiendelo sobre la zona atascada. Este paso puedes usarlo tantas veces como sea necesario, la cremallera de metal necesita esta lubricada.
- si lo que sucede es que faltan dientes, lo que podemos hacer es recolocar los dientes contiguos para que suplan ese espacio. Esto lo podemos hacer con una aguja.
- en caso de que se haya salido el tirador, alinea los dientes, vuelve a meter el tirador, con unos alicates aprieta la parte que va enganchando los dientes (lo suficiente para que se queden enganchados, si te pasas la cremallera no subirá ni bajará), y coloca un nuevo tope, cose el final para que no se vuelva a salir nada.
Reparar una cremallera es más sencillo de lo que podemos pensar y no quita mucho tiempo.
Para pantalones, botines, maletas…el procedimiento es el mismo sólo que si hay que coser algo necesitarán una máquina de coser, a mano no quedará igual la costura y podría romperse nuevamente.
Por Paula Alonso