Acabas de salir de casa, vas camino de una reunión, concierto, cena o simplemente caminas cuando… KRAK (lo pongo con k para que retumbe más) el tacón ha sucumbido al día a día y casi te haces un esguince de tobillo pero no puedes parar, te esperan en algún rincón de la ciudad y no puedes volver a casa a cambiarte de zapatos.
Qué hacer si se rompe un tacón
Personalmente se me han roto los tacones dos veces en mi vida, y NO los pude reparar personalmente en el momento. La primera vez fue como de película, se rompió de una bota elastica vaquera bajando las escaleras no mecánicas del metro, afortunadamente una mano surgió del bullicio que me sobrepasaba y evitó que cayera escaleras abajo, luego me acompañó a un zapatero remendón que había justo a la salida del metro donde le conocían, pagó la reparación y me acompañó al concierto donde llegaba tarde, era de Justin Timberlake en la antigua y sensacional sala Pachá (ahora se llama Barceló y mejor dejemos el tema) y no, no volví a saber de aquel caballero andante; la segunda vez fueron unas sandalias de tiras con tacón de corcho…pero como estaba en el césped del hipódromo, era de noche y los tacones se clavaban de forma natural, continué toda la noche sin que nadie (o eso creía yo) se diera ni cuenta. En resumen, si no te puedes cambiar de zapatos y no hay ningún zapatero remendón a mano, o disimulas lo que te quede de evento o te compras otros pero cuidado con las heridas de los zapatos nuevos, porque no los vas a poder reparar tú misma como MacGyver «con un chicle y un palillo».
Cómo no se repara un tacón
Antes de continuar, es importante dejar claro que NO podéis repararlos sobre la marcha. No basta con poner pegamento, ni el industrial ni el de la NASA. Los tacones es cierto que van pegados pero es que además llevan clavos. Si lo intentas no estarán firmes y seguros y podrías hacerte mucho daño.
Reparemos el tacón
Cuando se sale un tacón, no lo hace de forma limpia de manera que los clavos sigan rectos y sea posible encajarlos en los surcos previos de nuevo. Los clavos de los tacones estarán doblados, retorcidos, aplastados…y cada uno en una dirección y/o sentido. Hay que enderezarlos, pero siguiendo los «carriles» que que en la base del zapato y volver a meterlos, lo del pegamento es un refuerzo. Obvio hay que usar un martillo o golpear fuertemente contra el suelo pero esta maniobra no es lo suficientemente precisa ni contundente como para que se quede quieto, al menos hasta llegar a casa por lo que usa martillo. Si tienes pegamento con un poder de durabilidad mayor que el de «felices para siempre» de los cuentos, usalo.
Consejos para prevenir y cuidar tus tacones
No es magia lo que vamos a proponer, pero en algo ayudan aunque contra la mala suerte, destino, o tropiezos nada podemos hacer. Y hasta que señalicen las zonas de peligro para nuestros tacones tendremos que ser precavidas.
Evita forzar el tacón de forma innecesaria, es decir, esquiva los resbalones:
– cambiando las tapas de plástico por las de goma que son más resistentes y tienen mayor adherencia;
– desgasta la suela ligeramente con una lija, contra el bordillo… de forma que tengan algo de tracción;
– uniendo los dedos anular y corazón (con algo suave como esparadrapo) consigues refuerzo en la puntera y más estabilidad;
– plantillas de gel para que el zapato no baile al quedar suelto el pie;
– y ya si pudieras evitar los pavimentos con grietas, piedras, irregularidades…(esto es imposible a menos que vivas en el palacio de Frozen, pero ahí te recomendamos enérgicamente que pases de los tacones).
Y si ves que entre el tacón y la base hay separación… pon pegamento y/o trata de golpearlo con un martillo para que vuelva a quedar firme.
Si ya se ha roto el tacón y te has caído sufriendo un esguince de tobillo ve inmediatamente al traumatólogo que te derivará al fisioterapeuta, quien tras dos o tres sesiones de unos 100€ te lo habrá curado (para esto no hay trucos). Fuera de bromas, un esguince mal curado te dará problemas siempre y no dejará de doler nunca, aunque llegues a acostumbrarte y casi no lo notes.
Por Paula Alonso