Dentro de todas la utilidades que tienen los abanicos no debemos olvidar la de complemento perfecto para cualquier ocasión.
Abanicos en los años 20
Se recuperaron los abanicos de plumas y motivos naif, decorados con mujeres y escenas tanto más propias de cuadros de Gauguin como de chicas del charleston. ¿Y de dónde venía toda esta moda?
Entre los presentes de Moctezuma a Hernán Cortés figuraban seis abanicos de plumas. Y Cristóbal Colón, al regreso de su primer viaje a América, le trajo también como regalo a Isabel la Católica un abanico de plumas. También aparecieron en Egipto, y en la Grecia donde los empleaban las sacerdotisas para espantar los insectos de los manjares ofrecidos a los dioses…y su uso se extendió a los romanos, con la misma finalidad… Todas estas escenas de la vida cotidiana de la cultura clásica, tan exótica como atrayente hizo que la moda vintage los recuperara.
Desde luego es de obligada mención decir que en las imágenes que existen de algunas grandes ceremonias papales, aparecen estos abanicos de plumas enormes llamados flabelos, elaborados, por lo general, con plumas de avestruz o pavo real (símbolo de la eternidad) que en principio también tuvieron la finalidad de mover el aire y espantar a los insectos, que luego se mantuvieron por tradición y como unos símbolos faraónicos del sumo poder. Devinieron en los de mano, que se empleaban por las damas de alta alcurnia en ceremonias señaladas, recordemos el lenguaje de conquista y seducción del abanico, y mas tarde por las divas y y artistas de espectáculos de revistas y varietés, en sus salidas al escenario.
Y si hablamos de seducción y cine no podemos terminar sin ella 😉
Por Paula Alonso