Tras varios días escuchando «me gusta tu look hipster», «María va muy hipster hoy», «Pepe se ha vuelto hispter», «no eres hipster eres bohemio», y una desesperante conversación sobre los «hipster», hippies», «bohemios», «indies», «naif»… Tenía que aclararme la mente para no llegar a San Isidro ataviada como la flamenca de «whatsapp» o a la feria de abril con un frutero en la cabeza como Carmen Miranda.
En el nuevo milenio el término se usa para describir la tendencia hacia lo «alternativo» o la «antimoda» (entendiéndose como una huída de lo que está de moda), una subcultura o moda urbana enraizada en las clases medias/altas, compuesta por gente joven moviéndose de sus barrios al centro de la ciudad, vivir en el centro ahora «mola», es cool, o como diría un hipster «deck». Otra manera de estilo «bohemio».
Generalmente asociados con la cultura alternativa, en particular la música, incluyendo el indie rock, el rock progresivo y la música experimental, sin perder de vista, u oído, el origen «hipster» que no es otro que el jazz de los 40, pasando después por el sonido motown, no olvidando el gusto por el cine independiente o cualquier otra forma de música o cultura no mainstream, indumentaria sacada de ventas de saldos y ropa usada, comida orgánica, la escucha de la radio pública, u otras elecciones de conducta, siempre respetuosa, educada y culta, no habituales. Suele frecuentar cafés culturales, bares pequeños o restaurantes acogedores y sus áreas de trabajo son las creativas, humanas o tecnológicas.
En 2003, el libro de humor satírico de Robert Lanham The Hipster Handbook afirmó que los hipsters son gente joven con cortes de pelo como los Beatles, portando bolsos estilo retro y zapatos de plataforma, hablando por el movil, fumando cigarrillos de liar, y con una biografía del Che Guevara. Bueno, en realidad «hipster» es uno de esos términos, como el «bohemio», que pueden abrazar a cualquiera que vaya a recitales de poesía o festivales de música indie en la playa.
El término hipster también es considerado un estereotipo que fue eclipsando a la verdadera cultura indie, lo que provoca que se cree un estigma del que ellos quieren escapar para poder presentar libremente su arte. En realidad, al querer despegarse de una corriente corren el peligro de ser atrapados por la definición de otra.
Recientemente en España se ha convertido en una corriente de moda que como otra cualquiera es seguida por un grupo amplio de gente que adopta los estilos que cada año se marcan «a la última». En 2013 fueron los bigotes; en 2014 la tendencia son las barbas de medio puño, lo hemos visto en el festival de Eurovisión. En su mayoría son la evolución del gafa pasta, corriente que también adoptaba una moda anual al unísono. Otro ejemplo de hipster es Sophie, personaje del webcomic colombiano Living With HipsterGirl and GamerGirl por el ilustrador Jago, cuyas aficiones son la fotografía, las redes sociales y la crítica social.
Por Paula Alonso