1. Mantener el ambiente fresco: evita que el aire caliente entre en la habitación: coloca un ventilador dirigido hacia las ventanas para impedir que entre el bochorno; sitúa un bol lleno de hielo o de agua muy fría delante de las aspas para que el aire sea más fresco; una sábana mojada colgando de las ventanas…
2. El 57% de las personas que duermen desnudas son más felices en su relación de pareja.. concluyó un estudio de la Asociación de Algodoneros Estadounidenses Cotton USA que hizo en Reino Unido. El Centro de Prevención y Control de Enfermedades de EE UU (CDC, en sus siglas en inglés) recomienda sin ninguna duda dormir con un pijama ligero.
3. Refresca el cuerpo aplicando compresas mojadas en agua tibia en las zonas más sensibles al calor como el cuello, los codos, los tobillos o detrás de las rodillas. El contacto con el agua fría ejercerá un estímulo térmico que desencadena una vasoconstricción, provocando calor en la piel. En cambio, el calor provoca frío por la diferencia con la temperatura ambiente, según explica la hoja informativa del CDC.
4. Duerma solo. Es la mejor para mantenerse fresco, hacerlo con alguien aumenta el calor corporal y hace que la ropa de cama se quede pegajosa. Cuanto más baja esté la cama mejor, el calor tiende a subir.
5. Toma una ducha de agua templada para reducir la temperatura corporal. Sensacional técnica para sentirse fresco y limpio. Son muchos los que defienden que, aunque el choque térmico del agua fría sobre nuestro cuerpo produce una sensación instantánea, reactiva el organismo y el gasto energético, provocando al final que sintamos más rápido el calor tras la ducha que si la tomamos con agua templada, explica el Instituto Biológico de la Salud. Mantén los pies frescos ya que el calor entra por estas extremidades. Lavarlos antes de dormir o mantenerlos fuera de la cama pueden ser buenos trucos.
6. Cena ensalada. Las comidas copiosas y que necesiten consumirse en caliente como un estofado, sopa o pollo al horno obligan a que el cuerpo produzca más calor para digerirlas. Un gazpacho, un yogur o una ensalada son perfectos para las noches de verano. Bebe mucha agua, la OMS nos recuerda que el cuerpo la utiliza para evacuar calor.
7. Apaga completamente las luces y los aparatos electrónicos. No vale en stand by: gastan energía y siguen emanando calor (según la Agencia Internacional de la Energía, el modo espera consume entre un 5% y un 10% de la que necesita encendido el aparato en cuestión). Y sustituir las bombillas incandescentes por fluorescentes compactos: producen la misma luz pero utilizan una quinta parte de la energía y emanan menos calor, según explica el centro de Emergencias de Arlington (Virginia).
Por último, si puedes dormir al aire libre, hazlo. Una acampada en la azotea ir al campo a dormir cerca de un lugar con agua (el agua suspendida en el ambiente, refresca), y convierte una noche terrible de calor en toda una aventura.
Por Paula Alonso