“Uf… Me hacen un daño los zapatos”. Tema de conversación tan socorrido como el tiempo pero mucho más efectivo a la hora de entablar una conversación cercana y duradera.
¿Quién no ha salido de una boda con los zapatos en la mano o terminado la fiesta con bailarinas/alpargatas?
«Me duelen los zapatos«, «No aguanto más con los zapatos», «¿Alguien se cambia conmigo los zapatos?»… Hay veces que incluso decimos esto nada más salir de casa.
Después de tener el pie cubierto durante los meses de frío, llega el verano y la hora de enseñarlos, y claro, además de tenerlos blancos lechosos, su piel está especialmente sensible y basta con un ligero contacto con el calzado veraniego para que las rozaduras proliferen en masa.
En muchos casos ni siquiera hace falta estrenar zapatos, con los de la temporada anterior (con todos y cada uno de ellos: sandalias, zuecos, chanclas… ) aparece una rozadura distinta y el pie da pena con tanta herida. Por eso y porque estamos en esa época, hemos buscado en la red los mejores trucos caseros para prevenir y combatir su aparición.
Trucos para que los zapatos «no duelan»
– Frota la zona interior del zapato que te roza con crema hidratante y déjalo actuar unas horas. Al igual que con nuestra piel, al aplicar la crema en el interior del zapato conseguimos que ésta se reblandezca. Hay que tener en cuenta que tendremos que estar frotando hasta que desaparezca de la superficie ( con dejar todo blanco no sirve) y estar seguros que la zona que tratamos es de piel, si es de tela o plástico no servirá de nada.
– Coge un papel de periodico rocialo con alcohol y metelo dentro del zapato.
– Tres capas de esparadrapo aislan del talón, o zona delicada, del zapato
– Meter los zapatos en un a bolsa de plástico durante un par de horas en el congelador para que se humedezcan. Nada más sacarlos póntelos para darles forma.
– Pinkies, el pie va protegido, no te hará rozaduras e irá más fresco porque absorberá la humedad. Aunque hay veces que no es suficiente aislante y tiene que utilizar alguno de los demás truco a la vez.
– Una plantilla de silicona eleva el talón, o la parte del pie bajo la cuál la coloquemos, cambiando la zona de fricción.
– En las zapaterías venden un spray especial para ablandar los zapatos y adaptarlos a cada pie. Normalmente hay que echarlo dentro de los zapatos y después ponérselos con calcetines durante media hora al menos.
Consejos leidos en foros y transcritos literalmente:
– «Si es en el talon, ponte un algodon o una tirita… Pillate algunas buenas, nada de tiritas de los chinos, que esas casi ni pegan…»
– «Para la parte de atras, pon un trapo, apoya el zapato en algo duro y pega martillazos.»
– «Vaselina en los pies y doble calcetín»
– «Yo con nuevos si es viable suelo usar doble calcetín, uno pegado a la piel y el otro si se roza que roce con el de debajo, y en general rozan menos porque al ser dos van más constreñidos y se limitan los movimientos de la tela.»
Debemos matizar que el doble calcetín puede evitar los roces pero provocar ampollas.
Cómo curarlas
Bueno, a lo mejor has llegado tarde a leer este post y ya te hicieron herida. Por ello hemos recogido algunas curas caseras:
Consigue una planta de aloe vera y corta una hoja. Aplica el jugo directamente sobre la herida y conseguirás calmar el dolor y la irritación. Si no tiene una planta cerca puedes comprar en la farmacia alguna crema calmante con concentrado de aloe.
Haz una infusión de manzanilla de la misma manera que si fueras a beberla y aplícala sobre las rozaduras. Así, aliviarás las molestias en tiempo record.
Otra hierba que puede sanar tus heridas es el tomillo. En infusión utilízala como loción sobre las heridas.
Y, por supuesto, agua oxigenada y yodo.
Por Paula Alonso