Queridos hijos míos: se acerca EL 19 DE MARZO. Esa fecha que cada año os regala un día sin cole y a mí una colección de colonias de moda, otra corbata casi idéntica a la del año anterior, unos calzoncillos de Bob Esponja que, a mi edad luzco sin sonrojarme, como prueba irrefutable de mi amor de padre.
Regalos originales
Con el fin de ir renovando el catálogo y por si os vinieran bien un par de de ideas, hago saber que estoy necesitado de: un estuche para guardar los relojes acumulados por mis últimos cumpleaños, una bufanda, a ser posible en tonos berenjena que me ayude a suavizar algún que otro mal trago, una billetera para gastar sin freno ahora que por culpa de la crisis, las huchas son una especie en extinción.
Una percha para la colección de cinturones que gracias a vuestra ausencia total de imaginación, crece cada Navidad; incluso un cinturón más, de piel y reversible, ajustable en recesión y más suelto para las vacas gordas. Un miniparaguas, pero mini de verdad, que luego vuestra madre protesta si le pido que me lo guarde en su bolso.
Cuaquier cosa que invoque la fortuna y me alíe con el azar: juegos de poker, cartas, tapetes, una mesa plegable, un dominó… Una brújula para no perder jamás el norte, un estuche de accesorios para el vino que haga realidad los deseos de cada brindis, y unos prismáticos para teneros siempre al alcance de mis ojos. Hijos míos, os quiere:
Vuestro Padre